Sí a la crisis (2)

Claro que sí. Piensen en el cine: que las grandes superproducciones hagan dinero después de invertir onerosamente en el empeño no es noticia, ni siquiera es meritorio. Fracasar con tamaño despilfarro sí lo es. En cambio, qué admirable es hacer buenas películas con cuatro duros, impactar a las masas con un film modesto, sin pretensiones económicas pero echando el resto en imaginación. La noticia que da la vuelta al mundo es la forma en cómo ha conmovido el film independiente, underground o semiprofesional frente a los blockbusters de los grandes estudios.

El año pasado el Óscar a la mejor canción se lo llevó “Once (Una vez)”, una peliculita irlandesa, un musical “doméstico” rodado con cámara a hombro y casi sin iluminación, pero con una capacidad de hipnotizar al personal que pasaba la mano al aparatoso despliegue de producciones de Disney o Bollywood.

En este país el cine está cuestionado, la televisión también. ¿Cuál es el problema? ¿Falta de guionistas, de buenas historias? No. Demasiado dinero. Y no precisamente bien distribuido: amiguismos, subvenciones, cuotas, favores, derechos de antena… Uno de los formatos más rentables en televisión son los zappings. A prácticamente coste cero. Y a la gente les encanta. Además es pura televisión, endogamia catódica.

Extrapolemos a la vida cotidiana y veremos que la crisis -si somos inquietos- puede resultarnos muy útil. Para un país adormecido en los laureles del aburguesamiento, fundamentado en pilares de barro, indolente al prójimo y esquivo al esfuerzo la escasez puede ayudarle a repuntar. Y digo escasez con cierta ironía, pues nos estamos abonando a la depresión porque nos suben el precio de los limones, cuando más allá del Mare Nostrum la gente no tiene agua corriente, ni cosechas de arroz para consumo humano porque se lo llevan todo los bio combustibles.

Aquí, en época de estrecheces, un tipo ingenió la fregona; y otros el chupachups y el futbolín. Por no hablar del turismo, ese gran invento que predicaba Paco Martínez Soria. Después España empezó a ir bien y ¿cuál es su gran contribución a la sociedad? ¿Los radares de carretera?

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Este artículo complementa a: Sí a la crisis (1)

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las ilustraciones son de russ mills

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