¡Me lo he pasado en grande! Cuando hace unos meses fui a ver ilusionado la última aventura de Indiana Jones salí del cine convencido de que lo mejor de la tarde había sido el trailer de “La Momia 3: la tumba del emperador Dragón”.
Precisamente porque la expectativa era alta quise protegerme contra la decepción y me auto-convencí de que no debía esperar demasiado. Tardé poco en rendirme a la evidencia: el film de Rob Cohen te da más por el mismo precio.
Como he dicho alguna vez, rara es la apuesta de blockbuster que no cuenta a priori con los ingredientes adecuados. En este caso las grandes bazas han sido la oportuna sustitución de la cultura egipcia por la china y, en consecuencia, la apuesta por las estrellas orientales Jet Li y Michelle Yeoh. Pero la gran sorpresa de este remate a la trilogía de Sommers (esta vez en funciones de productor) es su entrega absoluta a la recuperación del género de aventuras clásico donde lo de menos parece precisamente la momia.
Como era de esperar los efectos digitales son impresionantes, pero esta vez están a servicio de la nostalgia y el homenaje. Las generaciones más jóvenes no tienen ese referente (salvo una distorsionada y fragmentada evocación televisiva). Sin embargo, gracias a esta película, los que en su día fuimos adictos a las sesiones dobles en los cines de barrio podemos disfrutar de lo lindo recuperando la magia de Shangry-La, las aventuras de Sinbad y las criaturas de Ray Harryhausen. Esta vez recreadas por ordenador en vez de a mano, y renderizadas en vez de capturadas fotograma a fotograma, pero con el mismo espíritu creativo. Además, los títulos de crédito son una maravilla que -para no ser menos- también son un modélico homenaje a uno de los grandes: Saúl Bass.
“La Momia 3” es un film para divertirse en la sala con toda la familia. Al contrario de las dos primeras entregas, ésta es mucho menos terrorífica y no se ve una gota de sangre. También es una petición segura a los Reyes las próximas Navidades. Con independencia de los extras con que se comercialice el dvd, el juego está garantizado: hacer una lista de guiños (cinéfilos o no) que nutren el film. Los hay en abundancia: Ben-Hur, Tintín en el Tibet, Horizontes perdidos, El monje, los guerreros de Xian, Frank Miller, El Quinto elemento, Casablanca, El ejército de las tinieblas, Jasón y los argonautas, Monstruos SA, Sinbad y el ojo del tigre, Arma letal, Jurassic Park… y un sinfín descarado de referencias a la trilogía inspiradora de Indiana Jones.
Precisamente porque la expectativa era alta quise protegerme contra la decepción y me auto-convencí de que no debía esperar demasiado. Tardé poco en rendirme a la evidencia: el film de Rob Cohen te da más por el mismo precio.
Como he dicho alguna vez, rara es la apuesta de blockbuster que no cuenta a priori con los ingredientes adecuados. En este caso las grandes bazas han sido la oportuna sustitución de la cultura egipcia por la china y, en consecuencia, la apuesta por las estrellas orientales Jet Li y Michelle Yeoh. Pero la gran sorpresa de este remate a la trilogía de Sommers (esta vez en funciones de productor) es su entrega absoluta a la recuperación del género de aventuras clásico donde lo de menos parece precisamente la momia.
Como era de esperar los efectos digitales son impresionantes, pero esta vez están a servicio de la nostalgia y el homenaje. Las generaciones más jóvenes no tienen ese referente (salvo una distorsionada y fragmentada evocación televisiva). Sin embargo, gracias a esta película, los que en su día fuimos adictos a las sesiones dobles en los cines de barrio podemos disfrutar de lo lindo recuperando la magia de Shangry-La, las aventuras de Sinbad y las criaturas de Ray Harryhausen. Esta vez recreadas por ordenador en vez de a mano, y renderizadas en vez de capturadas fotograma a fotograma, pero con el mismo espíritu creativo. Además, los títulos de crédito son una maravilla que -para no ser menos- también son un modélico homenaje a uno de los grandes: Saúl Bass.
“La Momia 3” es un film para divertirse en la sala con toda la familia. Al contrario de las dos primeras entregas, ésta es mucho menos terrorífica y no se ve una gota de sangre. También es una petición segura a los Reyes las próximas Navidades. Con independencia de los extras con que se comercialice el dvd, el juego está garantizado: hacer una lista de guiños (cinéfilos o no) que nutren el film. Los hay en abundancia: Ben-Hur, Tintín en el Tibet, Horizontes perdidos, El monje, los guerreros de Xian, Frank Miller, El Quinto elemento, Casablanca, El ejército de las tinieblas, Jasón y los argonautas, Monstruos SA, Sinbad y el ojo del tigre, Arma letal, Jurassic Park… y un sinfín descarado de referencias a la trilogía inspiradora de Indiana Jones.
7 perplejos apuntes:
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Ni he visto la película ni mi inglés está a la altura de los arriba firmantes. Así que no sé qué comentar.
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