29 nov 2007

El libro como elemento dramático / 2


Este artículo pertenece a la serie:
LAS PERSONAS Y LOS LIBROS EN EL CINE

Hay películas donde aparecen libros a los que se les atribuye un poder mágico o un significado singular. Son objetos de deseo de personajes con buenas o no tan buenas intenciones. Suelen ser libros perdidos, ocultos o protegidos que implican viajes peligrosos, pruebas mortales, maldiciones y riesgos de muerte.


El libro mágico



Uno de ellos es el del “Libro de la Paz”, el sagrado tesoro responsable de haber protegido durante diez siglos a las 12 ciudades y que el Príncipe Proteo ha llevado a Siracusa.

Su amigo Simbad, que se ha forjado fama de pirata, embustero y ladrón, es acusado de haberlo robado y con ello haber traído las tinieblas sobre la tierra, por lo que es condenado a muerte. En efecto Simbad le había echado el ojo e incluso había pactado con la malvada diosa Eris robarlo para ella a cambio de su vida, pero el intrépido marino no es responsable del hurto… al menos esta vez. Proteo apela al derecho de sustitución y envía a Simbad a recuperar el Libro al Tártaro, territorio de la Diosa Eris, que es quien le ha tendido la trampa. Así arranca la aventura de los Siete Mares del famoso marino, producción animada de Dreamworks, con la voz de Brad Pitt en la versión original y de Miguel Ángel Muñoz, el ex-upadancero y actual protagonista de “El síndrome de Ulises”.


Otros libros mágicos:


En “El guardián de las palabras” Richard Tyler (Macaulay Culkin) es un niño temeroso que cree ver peligros por todas partes. Durante una tormenta se refugia en una biblioteca vacía y allí, leyendo un libro mágico, se convierte en un dibujo animado.


El Necronomicón es el libro que Ash (Bruce Campbell) deberá conseguir si quiere derrotar a “El ejército de las tinieblas”… Pero tiene un problemilla al no recordar las palabras mágicas:

"Klatu...Barada...¿Néctar? ¿Nectarina? ¿Cuál era esa maldita palabra?..."


El libro criminal



En “El nombre de la Rosa” un misterioso tratado, único en su género, centra la investigación del perspicaz Guillermo de Baskerville y su novicio Atso. Con los nombres de sus personajes Umberto Eco se marca un ingenioso homenaje a Sherlock Holmes. No sólo por la referencia a uno de sus más famosos casos, sino por la elección juguetona del nombre del chico: wATSOn)

Fray Guillermo (un inmemorial Sean Connery) descubre el secreto de las misteriosas muertes sucedidas en la abadía benedictina al relacionarlas con el mortífero volumen. Por fin localiza el tratado tóxico y se enfrenta a la mano negra que ha perpetrado los crímenes: el anciano bibliotecario ciego. Pero éste huye llevándose consigo el libro. Fray Guillermo y Atso lo persiguen por un laberinto de grutas subterráneas. El fraile formula preguntas al ciego para localizarlo por su voz.

— Hay muchos libros que hablan de comedia. ¿Por qué os produce éste tanto miedo?
— ¡Porque es de Aristóteles!
— ¿Pero qué es lo alarmante de la risa?
— La risa mata el miedo; y sin el miedo no puede haber fe. Porque sin miedo al Diablo ya no hay necesidad de Dios.
— Pero no eliminareis la risa eliminando ese libro.
— No, desde luego. La risa seguirá siendo la diversión del hombre sencillo. Pero ¿qué ocurrirá si por culpa de este libro los hombres doctos declaran que es permisible reírse de todas las cosas. ¿Podemos reírnos de Dios? El mundo desembocaría en el caos. Por eso voy a sellar lo que no debe ser dicho. Y me convierto en su tumba…
Llevado por su delirio y demencia el “venerable” Jorge ingiere las hojas envenenadas del Libro prohibido y antes de expirar provoca un fuego que destruirá la abadía y su valiosa biblioteca subterránea. Su amor a los libros y al conocimiento lleva a Guillermo de Baskerville a intentar rescatar del incendio algunos volúmenes.



Existen otros libros que parecen tener entidad propia, un equivalente bibliófilo del resentido Chucky o del inquietante muñeco de ventriloquía de "Magic". Son objetos siniestros, malditos, capaces de llevar a un hombre a la locura y a cometer actos terribles.

Estimulado por una misteriosa novela que le ha regalado su mujer por su cumpleaños y que no se atreve a dejar de leer, Walter Sparrow (Jim Carrey) convierte su vida que alguna vez fue idílica en un auténtico infierno de tortura psicológica, espiral obsesiva y paranoia.

La novela, que trata de una serie de misteriosos asesinatos, parece reflejar la vida de Walter de una forma oscura e incontrolable. La vida del personaje principal del libro, un extraño detective llamado Fingerling (también representado por Jim Carrey), está llena de momentos que reflejan la vida misma de Walter. A medida que cobra vida el mundo del libro, Walter se ve infectado por la parte que le provoca mayor temor: la obsesión de Fingerling con el poder oculto tras el Número 23.


Si recuerdas otros films con libros especiales que determinan la trama, apúntalos en los comentarios e intentaré incluirlos en el artículo.

LAS PERSONAS Y LOS LIBROS EN EL CINE
Introducción
El libro como elemento dramático /1
El libro como elemento dramático /2
El libro como elemento dramático /3
Librerrías y Librerrías más

2 perplejos apuntes:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

El libro como elemento dramático. OK, acepto el reto:
En Misery, adaptación de un libro del genial Stephen King (¿el gran guionista casi sin quererlo de Hollywood?), una retorcida y espectacular Kathy Bates recoge a su escritor favorito en casa (después de un accidente) y lo retiene, convaleciente, obligándole a escribir otra historia sobre su personaje favorito, Misery, del que él está más que harto y quiere matar, en un parricidio al más puro estilo Conan Doyle-Sherlock Holmes. Este nuevo Moriarty (interpretado por un atormentado James Caan) sufre lo indecible a causa de un tercer personaje inanimado, una novela, o una serie de ellas, que han convertido a la solitaria Annie (Bates) en un personaje indefenso ante el mundo y que busca refugio en la creación de Paul Sheldon (Caan) hasta que este quiere deshacerse de su criatura. De la mano de Rob Reiner (de acuerdo, también hizo la de Harry y Sally, la de la princesa prometida y hasta la de aquellos algunos hombres buenos, pero Reiner, y ahora todos de pie, dirigió: This is Spinal Tap!!!!!!!!!!!!, el falso documental más definitivo e hilarante de la historia del cine), un libro pasa a convertirse en el motivo de un secuestro y en el delirio de una mujer que acaba diluyendo su personalidad para volcarla en la de la heroína de las historias que crea Sheldon.
En Las horas, la trama narra la vida de tres mujeres en tres épocas diferentes, durante un día y con la conexión de la novela Miss Dalloway, de Virginia Woolf. Así, una mujer en los años 20 (la misma Woolf, interpretada por una irreconocible Nicole Kidman –abro paréntesis: ¿ese cambio radical de imagen da más valor a una interpretación? ¿O se la da al maquillador o al creador de efectos visuales? ¿No cansa un poco alabar una interpretación por el hecho de estar muy diferente respecto a la imagen habitual? ¿No tiene más mérito meterse en el personaje, en sus gestos, en su forma de hablar, en sus miradas, que no en un trozo de látex? Y no hablo de hacer de Chewaka. Cierro paréntesis-, detalla los avatares y dificultades de escribir que tenía una mujer en una época concreta, y más con su condición homosexual); otra en los 50 (para mi, la mejor del film, una Julianne Moore que decide dar pasos en su vida al leer la novela), y una tercera en la actualidad (Meryl Streep, que encarna una visión moderna de la protagonista del libro de Woolf).
En La novena puerta, adaptación de un libro de Pérez-Reverte, el libro cobra un protagonismo clásico de objeto que debe ser encontrad Un coleccionista de libros esotéricos contrata a un investigador (Johhny Depp) para que busque las dos últimas copias de un libro que, supuestamente, escribió el mismo Diablo. Aunque pueda parecer que aquí el libro actúa como un McGuffin hitchcockiano (y que tan bien ha sabido reciclar Tarantino), la verdad es que la trama lo mantiene como un elemento más que clave.