30 jun 2008

Viajar


Los payasos de la tele cantaban que “El viajar es un placer que nos puede suceder”… No ha sido mi caso. He estado viajando los últimos días y ha sido todo menos placentero.

Para empezar es poco agradable circular por una vía de pago. No tengo nada en contra de las autopistas de peaje salvo que… te cobran por usarlas. ¿Lo vale? Pagas a cambio de ser esclavo de la carretera. El terreno está vallado y no puedes hacer otra cosa que seguir adelante; a no ser que te detengas en un área “de descanso”. Pero la policía aconseja no hacerlo porque existen bandas organizadas que se dedican a expoliar a los viajeros.

No entiendo por qué las autoridades no extienden el mismo aviso a las perversamente llamadas áreas “de servicio”. La atención al cliente en estos lugares suele ser escasa cuando no desagradable. Normalmente es un “auto” servicio (de combustible y de avituallamiento). No importa. Al “hágalo usted todo que ya le cobramos como si lo hiciéramos nosotros” ya nos han acostumbrado las franquicias de comida rápida, donde además de servirte tú mismo debes recoger la mesa... Hablando de tarifas. ¿Por qué un área “de servicio” que no puedes elegir aumenta exponencialmente el precio de la comida sin que ésta sea de mejor calidad? Más bien lo contrario. Porque ya me dirán qué servicio es ofrecer un menú compuesto de: ensalada, segundo plato de congelado/microondas y postre ¡por 18 euros! Lo dicho: robo a mano armada.

A lo peor lo del servicio tiene que ver con los lavabos, para los que sólo cabe una definición: repugnantes. Diría que parece que son los mismos de cuando se inauguró el área hace más de veinte años, pero mentiría. No lo parece: ¡son los mismos!

Su estado de conservación es lamentable, a lo que contribuye el hecho de que apenas tienen mantenimiento: el alicatado se cae a pedazos, los wáters se atascan, hay goteras, el suelo está roto y ponen cartones encima para disimularlo y la señora (o el señor) de la limpieza parece que se ha tomado el día libre. Digo yo que los inspectores responsables de los informes para renovar las concesiones deben hacerlos desde el ordenador de la oficina, porque no se explica que semajantes antros presenten aspectos tan deplorables ya a primera hora de la mañana. Y si eso fuera todo… (continuará)

4 perplejos apuntes:

Small Blue Thing dijo...

Si viajo en coche, no cojo nunca autopistas de peaje. Pero es que si puedo, como mucho cojo las autovías o las nacionales, salvo que sepa que hay camiones. Para bares cutres por lo menos que la costra sea de denominación de origen :D

(!) hombre perplejo dijo...

Bares cutres en carreteras comarcales no sólo existen sino ...¿qué sería del cine sin ellos?

Vete de Barcelona a Oviedo por autovías y nacionales con dos niños de 2 y 4 años, respetando los límites de velocidad y parando cada vez que están cansados o tienen pipi... y luego me dices si sigues "pasando" de autopistas... ;D

Anónimo dijo...

Según cuántas incomodidades de éstas encuentres, al final el sitio al que has ido te mola o no. Hasta cierto punto, las toleras y las olvidas para quedarte con un recuerdo general placentero. Pero si ya hay mucho de eso, acabas odiando el sitio al que fuiste, el hecho de haber viajado...

(!) hombre perplejo dijo...

Por fortuna, el destino de la ida hizo olvidar las penurias. pero a la vuelta al hogar, vuelta a empezar...