25 ene 2008

De orfanatos y zombies


La troupe de “El orfanato” no estará en los Oscars; se ha quedado fuera. No es ningún drama. Pretender que cada año los americanos nos tengan presentes en sus nominaciones es ambicioso y legítimo, pero poco realista. Hay una larga lista de otras cinematografías que producen hermosas películas en lengua no inglesa y que merecen su porción de gloria. Así que aceptémoslo, que tampoco es para tanto. Además: tenemos a Javier.

La decepción –si la ha habido- nos la hemos buscado solitos. Aquí tenemos la costumbre temeraria de sobredimensionar las cosas con tanto frenesí como ligereza. Si algo nos gusta nos dejamos poseer por el arrebato y lo elevamos a la categoría de excelso. Y va un joven director con meritoria experiencia en el cortometraje, hace su primera película y le adjudicamos el rótulo de genio y a su película el de obra maestra. Pero hay que ser más rigurosos.

“El orfanato” está bien. Y como diría aquel:
“hasta aquí puedo leer.” ¿Se merece un Oscar? Pues eso.
Por fortuna, aún hay margen para que los académicos españoles no se sientan obligados a dar solidariamente su voto a la película de Belén Rueda con la falsa presunción de que esto le haría ganar prestigio de cara a los Oscars. Esta vez podrán votar sin presión y con ecuanimidad para evitar que se repita el lamentable (y excesivo, otra vez) aluvión de Goyas que se llevó “Mar adentro”.

Esta generación de realizadores jóvenes (Plaza, Balagueró, Cerdá, Bayona, Fresnadillo…) son gente muy preparada; sobre todo técnicamente. Además de conocer su oficio dan muestras de controlar muy bien los mecanismos de la industria: preventas internacionales, desarrollos multiplataforma, marketing viral… y toda esa cara del negocio del cine que antes era patrimonio de los gestores de contenidos (productoras-estudios) y no de los proveedores de los mismos (guionistas-directores). Estos chicos saben hacer películas, pero sobre todo son unos fuera de serie vendiéndolas.

Todo el cine que producen genera una expectativa inusitada. ¡Les salen fans a las películas antes de que se estrenen! Es un fenómeno muy interesante. Pero como en todo, hay un reverso de la moneda… (continuará)


2 perplejos apuntes:

Small Blue Thing dijo...

Más simple todavía: ¿no le parecía erróneo a nadie mandar una película consecutiva a El laberinto...?

(!) hombre perplejo dijo...

Siendo, además, bastante inferior. La de Bayona es un contenedor de lugares comunes mientras que la de Del Toro era una avalancha de propuestas originales y muy personales.