Existe el prejuicio de que todo lo anterior, por el sólo hecho de ser más antiguo, está superado. Es una tendencia pujante y poderosa, pero no nueva. C. S. Lewis, hoy redescubierto por la adaptación al cine de sus Crónicas de Narnia, llamaba a esto el "esnobismo cronológico"; es decir: la propensión a considerar que las generaciones anteriores no hacían las cosas bien y que sus logros son ya obsoletos.
Sin embargo, muchas de las cosas que ahora damos por supuestas, de las libertades que parecen venir "de serie", de las oportunidades que se nos presentan no siempre estuvieron ahí. Hoy nuestro punto de partida es otro gracias a "los zapadores", que ni son los seguidores de Frank Zappa ni los coleccionistas de mecheros (zippodores).
En terminología bélica, los zapadores son soldados cuya misión es la construcción de puentes y otras estructuras en tiempos de guerra para facilitar el movimiento de los ejércitos propios y aliados.
Hace tres décadas, como diría el "filósofo" Guardiola, tot estaba per fer i tot era possible (Todo estaba por hacer y todo era posible). Durante la transición democrática se gestaron y consolidaron vocaciones artísticas, científicas, pedagógicas, periodísticas y filosóficas en quienes estaban llamados a convertirse en los zapadores de su generación. Una vez ellos (y ellas) superaron el esnobismo cronológico de su propio tiempo recorrieron un camino lleno de accidentes geo-ideológicos: barrancos de incomprensión, montañas de menosprecio, océanos de crítica, desiertos de ignorancia... También se toparon con algunas minas anti-personas, o anti-creativos, o anti-pensadores libres; pero, por fortuna, ninguna llegó a liquidarles por completo.
Esto les convirtió en los profesionales que son hoy; en las personas que son hoy. Pero en su camino hicieron algo más: eliminar obstáculos, habilitar puentes y construir estructuras de acceso en lugares que entonces eran inhóspitos, yermos e inaccesibles. Hoy, en aquellas malezas impenetrables existen caminos y veredas por los que las generaciones siguientes caminamos a diario, sepamos o no que han sido abiertas gracias al trabajo, la constancia y la lucha estos zapadores de la vida. Les debemos una.
También puedes echar un vistazo a esto.
Sin embargo, muchas de las cosas que ahora damos por supuestas, de las libertades que parecen venir "de serie", de las oportunidades que se nos presentan no siempre estuvieron ahí. Hoy nuestro punto de partida es otro gracias a "los zapadores", que ni son los seguidores de Frank Zappa ni los coleccionistas de mecheros (zippodores).
En terminología bélica, los zapadores son soldados cuya misión es la construcción de puentes y otras estructuras en tiempos de guerra para facilitar el movimiento de los ejércitos propios y aliados.
Hace tres décadas, como diría el "filósofo" Guardiola, tot estaba per fer i tot era possible (Todo estaba por hacer y todo era posible). Durante la transición democrática se gestaron y consolidaron vocaciones artísticas, científicas, pedagógicas, periodísticas y filosóficas en quienes estaban llamados a convertirse en los zapadores de su generación. Una vez ellos (y ellas) superaron el esnobismo cronológico de su propio tiempo recorrieron un camino lleno de accidentes geo-ideológicos: barrancos de incomprensión, montañas de menosprecio, océanos de crítica, desiertos de ignorancia... También se toparon con algunas minas anti-personas, o anti-creativos, o anti-pensadores libres; pero, por fortuna, ninguna llegó a liquidarles por completo.
Esto les convirtió en los profesionales que son hoy; en las personas que son hoy. Pero en su camino hicieron algo más: eliminar obstáculos, habilitar puentes y construir estructuras de acceso en lugares que entonces eran inhóspitos, yermos e inaccesibles. Hoy, en aquellas malezas impenetrables existen caminos y veredas por los que las generaciones siguientes caminamos a diario, sepamos o no que han sido abiertas gracias al trabajo, la constancia y la lucha estos zapadores de la vida. Les debemos una.
También puedes echar un vistazo a esto.
6 perplejos apuntes:
Hombre perplejo¡...
hacía mucho tiempo que no entraba en tu blog,dejamos de comunicarnos, pero me acuerdo perfectamente de aquellos ratos gloriosos buscando títulos de peliculas que tuvieran relación con el tema que tú proponías...me acuerdo de tu "cartel perplajio"que recibí como premio...
Veo que sigues con tu estrecha relación con el cine y este blog es un lujo de carteles.Todo un tesoro recopilatorio.
Te mando mi saludo.
Anna: Me acuerdo perfectamente de ti y tus "leones por corderos". Aquí seguimos, aunque con una dedicación menor debido a otros proyectos que me ha regalado la vida. Pero fieles, al pie del cañón, para que los que, como tú, se acercan, puedan disfrutar de esa pasión contagiosa por el cine... y por la vida !)
Me alegro mucho de tus proyectos y de tu recuerdo.
Pues me uno al homenaje de estos zapadores.
Y por cierto, una lástima que haya una generación que lo haya tenido tan fácil, y por consecuencia, muchos hayan caído en ser un "nini". Y ahora que las cosas no van tan bien, estos han sido los más perjudicados en cuanto a su futuro a largo plazo.
Saludos
Anna: Rebienvenida a la blogosfera, tú y tu rincón !)
Serreina: Perjudicados es un adjetivo que creo acabará calificándonos a todos !)
Por cierto, la muerte de Andy Whitfield ha postpuesto la sorpresa hasta mañana !)
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