Las consultas populares mantienen las brasas del independentismo; de lo que unos sacan pecho y otros tajada. Parece una forma tan legítima como otra de entretenerse, o de perder el tiempo, según se mire.
Los funcionarios ponen el grito en el cielo (y en la calle) ante los recortes en Sanidad y Educación. Los gobernantes reculan y apuntan a que van a rectificar algunas de sus propuestas. ¿Miedo o ineptitud?
El norte de África es cada día más convulso. Los ciudadanos se han hartado y exigen a sus dictadores que abandonen el poder y sus pérfidas maniobras para mantenerlo. La comunidad internacional les presta apoyo; o aprovecha el río revuelto para ejercer de pescadores, según se mire.
Sinde, perpetradora de su propia ley, aparece en Buenafuente haciendo realidad uno de sus sueños (como ella misma confiesa), y no sólo sale indemne sino que los internautas la toman con Andreu -al que hasta ahora veneraban- y le acusan de amiguete y pelotillero. De la complicidad a la connivencia hay un escaso margen.
Las compañías de servicios de telefonía y otros suministros “castigan” a sus clientes con multas por morosidad, como si fueran la mismísima Administración Pública. Mientras en las campañas publicitarias hablan de cercanía, en sus despachos se cuecen nuevas formas de ejercer el abuso y la arbitrariedad.
¿Hay algo peor que la corrupción? Por supuesto: la impunidad. Y la vemos a diario, con manipulación de leyes en beneficio de quienes no tienen escrúpulos a la hora de transgredirlas.
Son señales que anticipan el horizonte que nos aguarda: la Rebelión.
El futuro viene cabreado. Y aunque se suponía que la nueva Gran Guerra enfrentará al descreído Occidente con el Oriente poseído por el Islam, otra posibilidad va cobrando forma: Existe un territorio sin territorio, una nación sin estado, un continente emergente que está al borde del levantamiento. La revuelta es inminente, y reivindica valores como la libertad y el altruismo. El sexto continente se llama Internet y, como la resistencia de la serie V, va ganando adeptos para expulsar de su mundo a tanto lagarto suelto.
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Los funcionarios ponen el grito en el cielo (y en la calle) ante los recortes en Sanidad y Educación. Los gobernantes reculan y apuntan a que van a rectificar algunas de sus propuestas. ¿Miedo o ineptitud?
El norte de África es cada día más convulso. Los ciudadanos se han hartado y exigen a sus dictadores que abandonen el poder y sus pérfidas maniobras para mantenerlo. La comunidad internacional les presta apoyo; o aprovecha el río revuelto para ejercer de pescadores, según se mire.
Sinde, perpetradora de su propia ley, aparece en Buenafuente haciendo realidad uno de sus sueños (como ella misma confiesa), y no sólo sale indemne sino que los internautas la toman con Andreu -al que hasta ahora veneraban- y le acusan de amiguete y pelotillero. De la complicidad a la connivencia hay un escaso margen.
Las compañías de servicios de telefonía y otros suministros “castigan” a sus clientes con multas por morosidad, como si fueran la mismísima Administración Pública. Mientras en las campañas publicitarias hablan de cercanía, en sus despachos se cuecen nuevas formas de ejercer el abuso y la arbitrariedad.
¿Hay algo peor que la corrupción? Por supuesto: la impunidad. Y la vemos a diario, con manipulación de leyes en beneficio de quienes no tienen escrúpulos a la hora de transgredirlas.
Son señales que anticipan el horizonte que nos aguarda: la Rebelión.
El futuro viene cabreado. Y aunque se suponía que la nueva Gran Guerra enfrentará al descreído Occidente con el Oriente poseído por el Islam, otra posibilidad va cobrando forma: Existe un territorio sin territorio, una nación sin estado, un continente emergente que está al borde del levantamiento. La revuelta es inminente, y reivindica valores como la libertad y el altruismo. El sexto continente se llama Internet y, como la resistencia de la serie V, va ganando adeptos para expulsar de su mundo a tanto lagarto suelto.
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4 perplejos apuntes:
Está claro que, aún cuando hay todavía mucha gente sumisa o que mira para otro lado, las cosas se van a terminar poniendo calentitas. Y es que, o nos rebelamos, o acabaremos sumidos en una dictadura que de momento va disfrazada de democracia, pero ya empieza a mostrar su verdadera piel. La gente me llama exagerado, muchos no quieren ver la realidad y ojalá, sinceramente lo digo, que tengan razón y esto no acabe tan mal para nosotros, el pueblo, como yo lo estoy viendo venir. Me asusta el mundo en el que va a crecer mi hija si esta situación no se soluciona.
Un saludo.
La verdad, es que mirar el futuro, da miedo. Si esto no cambia, como bien dices, la gente se puede rebelar contra el sistema, y creo que sería mejor adaptarlo a los nuevos tiempos, que romper con todo, y atenerse a las consecuencias colaterales.
Trepamuros: La Democracia ES una dictadura: la dictadura de las mayorías. Si a determinado grupo de personas le interesa algo, y son suficientes, pueden imponer a los demás su criterio. Así nos va !)
Serreina: A mí lo que me da miedo es el presente. A ver si pasa de una vez y llega ese futuro esperanzador !)
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