6 abr 2010

Los cromos del Facebook


El Mercat de Sant Antoni de Barcelona se abarrota los domingos por la mañana de coleccionistas de cromos que por medio del intercambio o la adquisición pretenden completar sus álbumes: desde los acartonados de “Historia Sagrada” hasta los adhesivos del animé, pasando por los nostálgicos “Vida y color”, las colecciones de estrellas famosas, rutilantes series de televisión, películas infantiles y equipos de fútbol.

El placer de rasgar el sobre con el que se inicia una colección, el olor del álbum al ser abierto por primera vez, la caza y captura de ese cromo que se nos resiste, el intercambio de gozo recíproco, el ritual de pegar la última estampa… Por ello constituye una afición intergeneracional, que entusiasma a niños, implica a padres, engancha a frikis y fascina a jubilados.

Algunos diseñan sus propias colecciones, completando álbumes con instantáneas familiares, postales de los países que han visitado o tarjetas de crédito caducadas. Pero son recuerdos personales e intransferibles, imposibles de intercambiar. No se pueden adquirir momentos felices de otros para incorporarlos al álbum propio. No tiene sentido mercadear con billetes de avión a lugares en los que nunca estuvimos, con tickets de eventos a los que no asistimos, o entradas a museos que no visitamos.

Internet ofrece nuevas alternativas. En las redes sociales la gente intercambia sus “cromos” con una inmediatez y variabilidad que espanta. En Facebook se abren cada día cientos de nuevos álbumes: simpáticos y delirantes, ridículos y honorables, polémicos y solidarios. Sólo que ahora los cromos no son láminas estampadas, ni siquiera virtuales, sino personas.

La digitalidad nos ha convertido en cromos de libre circulación por la red. Y podemos descubrir un día que formamos parte de un vengativo álbum de “Ex parejas con pintas ridículas”; o detener la policía a ciertos individuos que han intercambiado fotografías de nuestros hijos e hijas sustraídas con engaño y alevosía; o averiguar que ciertas empresas han vendido a otras empresas cromos con nuestros datos personales y que formamos parte sin saberlo de vaya usted a saber qué tipo de álbumes en manos de según qué tipo de coleccionistas.

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    7 perplejos apuntes:

    Sergio Reina dijo...

    !Qué razón tienes¡ yo soy de los que aún me rsisto a Facebook, y a buen seguro que algún dñia caigo, pero de momento, me resisto. Me da un no se que, el poner mi información personal de dominio publico.

    El Ratón Tintero. dijo...

    Más de un recuadrito en blanco dibujé a mi aire, ante la desesperación de no llegar el cromo imposible :-)

    Y para reflexionar sobre Facebook ahí van algunas verdades.

    (!) hombre perplejo dijo...

    Serreina: Resiste!) Tenemos mucho que perder. Échale un vistazo al video que nos enlaza Ratona !)

    (!) hombre perplejo dijo...

    Ratona: El video oportunísimo. Yo, los cromos, los perdía mucho en los recreos, apostándolos a dos montones; pero eso es otra historia !)

    Sergio Reina dijo...

    Guau, con el video, para ir a mear y no achar gota, con perdón.

    Pues, sí, creo que voy a seguir resistiendo.

    Saludos

    JuanRa Diablo dijo...

    Inquietante. Me alegro de no haber caído en sus redes... todavía.

    Alberto Ramos dijo...

    Los cromos pueden ser muy arrebatadores.