─Dios no podía estar en todas partes y por eso creó a las madres.
(Diane Keaton en “Porque lo digo yo)”
Es una interesante especulación, pero sobre todo es una reflexión que procede de la propia pantalla. El cinematógrafo tuvo dos padres (los hermanos Lumiere), e incluso un tercero (Edison), pero carece de madre. A no ser que otorguemos tal credencial a la cámara, algo más que un juguete óptico, como sus predecesores el zoótopo, la linterna mágica y el praxinoscopio.
La maternidad, y concretamente, las madres como personaje son una constante en la historia del cine y la televisión. Desde los hermanos Baños, pioneros del cine en Catalunya, que ya rodaron “La madre” en una de sus primeras bobinas (1912) hasta el “Mamma Mia” de la Streep, las películas no han dejado de abordar el rol de las madres en todo tipo de relatos.
Madres sufridoras o justicieras, tiernas y cariñosas, temibles y psicópatas; madres que cumplen cien años o a las que les gustan las mujeres; madres guerreras y sobreprotectoras; madres muertas, ausentes, enfermas, débiles; madres coraje, vengadoras, heroínas y espartanas; madres vírgenes, solteras o de alquiler; a la fuerza o a las que sus hijas le buscan novio; madres políticas, madrastras y madrazas; madres alegres o dolientes, deseadas y que seducen, divorciadas y abandonadas; madres cómplices y traidoras, desprendidas o posesivas, resignadas o reivindicativas; madres educadoras y cantarinas, resucitadas o desmemoriadas; madres con hijos increíbles o que albergan la semilla del diablo; madres mudas o que no callan ni bajo el agua; madres valientes y perezosas, madres que no salen de casa o que huyen de Terminators; madres que son brujas, o diosas, o extraterrestres o con hijos alienígenas; madres que mueren al dar a luz, que pierden a sus hijos, se los roban o los dejan solos en casa; madres rockeras, timadoras y atracadoras de bancos; que inventan falsos padres o enseñan a leer a desconocidos y a cantar a las ranas; madres asesinas, poseídas, ambiciosas; madres irrepetibles e insoportables, a las que se rinde tributo o se las tira del tren; madres que disparan o que cantan canciones de ABBA; madres que dicen que la vida es una caja de bombones o que se comen al perro; madres cibernéticas, madreselvas, células madre, madre tierra, placas madre y madre de todas las guerras.
En próximas entregas recordaremos a algunas de ellas…
La maternidad, y concretamente, las madres como personaje son una constante en la historia del cine y la televisión. Desde los hermanos Baños, pioneros del cine en Catalunya, que ya rodaron “La madre” en una de sus primeras bobinas (1912) hasta el “Mamma Mia” de la Streep, las películas no han dejado de abordar el rol de las madres en todo tipo de relatos.
Madres sufridoras o justicieras, tiernas y cariñosas, temibles y psicópatas; madres que cumplen cien años o a las que les gustan las mujeres; madres guerreras y sobreprotectoras; madres muertas, ausentes, enfermas, débiles; madres coraje, vengadoras, heroínas y espartanas; madres vírgenes, solteras o de alquiler; a la fuerza o a las que sus hijas le buscan novio; madres políticas, madrastras y madrazas; madres alegres o dolientes, deseadas y que seducen, divorciadas y abandonadas; madres cómplices y traidoras, desprendidas o posesivas, resignadas o reivindicativas; madres educadoras y cantarinas, resucitadas o desmemoriadas; madres con hijos increíbles o que albergan la semilla del diablo; madres mudas o que no callan ni bajo el agua; madres valientes y perezosas, madres que no salen de casa o que huyen de Terminators; madres que son brujas, o diosas, o extraterrestres o con hijos alienígenas; madres que mueren al dar a luz, que pierden a sus hijos, se los roban o los dejan solos en casa; madres rockeras, timadoras y atracadoras de bancos; que inventan falsos padres o enseñan a leer a desconocidos y a cantar a las ranas; madres asesinas, poseídas, ambiciosas; madres irrepetibles e insoportables, a las que se rinde tributo o se las tira del tren; madres que disparan o que cantan canciones de ABBA; madres que dicen que la vida es una caja de bombones o que se comen al perro; madres cibernéticas, madreselvas, células madre, madre tierra, placas madre y madre de todas las guerras.
En próximas entregas recordaremos a algunas de ellas…
4 perplejos apuntes:
Pues ahora mismo casi ahogas a una leyéndote :-)
Vertiginosa relación, creo que no has dejado ninguna “fuera de madre”.
A ver si ahora no te olvidas de “La decisión de Sophie”, una de las muestras más fuertes en pantalla de: “¿Qué dedo me corto que me duela menos?”.
Más te vale que lo hagas porque me has refrescado la memoria de una manera...
Memorión el tuyo!
Ratona: Sé que es lamentable, pero no he visto ese film al que aludes, por lo que te ruego que aportes tu conocimiento sobre él a efectos del monográfico.
JuanRa: Seguro que me he dejado un montón. Espero aportaciones... e intentaremos responder a la expectativa.
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