El (falso) video de Wyoming, perpetrado para sacar los colores a “Intereconomía”, puso de manifiesto la absoluta falta de criterio, rigor y contención de los contertulios de “Más se perdió en Cuba”, analizando (es un decir) su contenido sin verificarlo antes para evitarse el ridículo. Pero al margen de lo anecdótico (una chufla entre canales que se detestan mutuamente), el montaje revela que la verdad es irrelevante. O todavía peor: que no sabemos desenvolvernos sin mentir.
Las cadenas de tv pagan burradas a mequetrefes para que cuenten una sarta de invenciones porque es rentable. Cuanto mayor es la bola, mejor. El otro día masacraron a un chaval de 20 años porque “descubrieron” su trola. Los periodistan se despacharon a gusto, como si fueran ellos un ejemplo de información fiable y veraz. El numerito que montaron sí fue una farsa; «teatro del bueno», que diría Mouriño.
Un concursante fue expulsado de otro programa al descubrirse que había asesinado a sus padres años atrás. ¿Es que durante el proceso de selección nadie le había preguntado si tenía antecedentes? Que todo saliera a la luz al día siguiente del estreno del programa -que tuvo una audiencia decepcionante- puso la mosca en la oreja a más de uno.
Pero este exhibicionismo de lo falso y adulterado no es patrimonio exclusivo de la televisión: Deportistas que se dopan, dirigentes que manipulan asambleas, instituciones que conceden subvenciones sospechosas, licencias públicas otorgadas a empresas que no cumplen los requisitos, redadas-paripé en el Raval, banqueros que hacen saltar la banca… Fraude, corrupción, estafa, prevaricación...
La clase política se atrinchera en los eufemismos; los partidos se echan los perros unos a otros, se acusan, se insultan, se amenazan con tirar de la manta; Montilla y Zapatero no se aguantan por promesas incumplidas, los populares se autoespían, se ven salpicados por una trama de corrupción y acusan a los socialistas de instigar una conspiración…
Spainair es condenada por publicidad engañosa. Las tiendas sacan restos de otras temporadas y los ofertan como Rebajas de este año. El RCD Español se hunde en la cola de la Liga y algunos de sus generosamente pagados jugadores se van de farra a celebrarlo. Se sospecha que un alto porcentaje de las denuncias por violencia doméstica son falsas al objeto de obtener mayores beneficios en procesos de divorcio. El Patronato de Turismo de Girona utiliza una imagen de Las Bahamas para promocionar la Costa Brava y un empresario apostilla: «para nosotros, los de la hostelería, el fin justifica los medios»…
¿Es una paranoia mía o, como decía Hamlet, «algo huele a podrido en Dinamarca»?
Las cadenas de tv pagan burradas a mequetrefes para que cuenten una sarta de invenciones porque es rentable. Cuanto mayor es la bola, mejor. El otro día masacraron a un chaval de 20 años porque “descubrieron” su trola. Los periodistan se despacharon a gusto, como si fueran ellos un ejemplo de información fiable y veraz. El numerito que montaron sí fue una farsa; «teatro del bueno», que diría Mouriño.
Un concursante fue expulsado de otro programa al descubrirse que había asesinado a sus padres años atrás. ¿Es que durante el proceso de selección nadie le había preguntado si tenía antecedentes? Que todo saliera a la luz al día siguiente del estreno del programa -que tuvo una audiencia decepcionante- puso la mosca en la oreja a más de uno.
Pero este exhibicionismo de lo falso y adulterado no es patrimonio exclusivo de la televisión: Deportistas que se dopan, dirigentes que manipulan asambleas, instituciones que conceden subvenciones sospechosas, licencias públicas otorgadas a empresas que no cumplen los requisitos, redadas-paripé en el Raval, banqueros que hacen saltar la banca… Fraude, corrupción, estafa, prevaricación...
La clase política se atrinchera en los eufemismos; los partidos se echan los perros unos a otros, se acusan, se insultan, se amenazan con tirar de la manta; Montilla y Zapatero no se aguantan por promesas incumplidas, los populares se autoespían, se ven salpicados por una trama de corrupción y acusan a los socialistas de instigar una conspiración…
Spainair es condenada por publicidad engañosa. Las tiendas sacan restos de otras temporadas y los ofertan como Rebajas de este año. El RCD Español se hunde en la cola de la Liga y algunos de sus generosamente pagados jugadores se van de farra a celebrarlo. Se sospecha que un alto porcentaje de las denuncias por violencia doméstica son falsas al objeto de obtener mayores beneficios en procesos de divorcio. El Patronato de Turismo de Girona utiliza una imagen de Las Bahamas para promocionar la Costa Brava y un empresario apostilla: «para nosotros, los de la hostelería, el fin justifica los medios»…
¿Es una paranoia mía o, como decía Hamlet, «algo huele a podrido en Dinamarca»?
10 perplejos apuntes:
(Ando con la pinza en la nariz desde hace tiempo)
Yo uso la pasta de los forenses en las fosas nasales.
Solo puedo decir que me entran unas nauseas.....
palabro: lutedl
peli: El lutedl
Espero que no sea por el artículo, o sea por el continente, sino por el contenido.
Palabro interr
Film: Interr-iores, de Woody Allen
La verdad nunca ha existido de veras. En fin, impresiona leer esta sarta de mentiras así, todas juntitas.
Una vez más me ha encantado tu artículo, perplejo!
He vuelto a la relectura de tu artículo… perplejo me dejas, pero no por todo ello, sino porque tenemos una tragaderassssss…. Grrrrrrrrrrrrr.
Palabro: anceiili
Desde que lo he visto mi mente no ha parado de repetirme: Anceiilina Jolie
Extraño: Sí que impresiona. Y me encanta que te encante, amigo.
Soldado: Esta mañana, en un debate radiofónico, alertaban de que el personal ya empieza a estar harto del asunto y pronto empezará a movilizarse... A ver en qué acaba todo esto.
Yo recuerdo muchas manifestaciones en época escolar... ¿sirvieron de algo? Creo que hemos comprado tanto el súper-yo que nos han vendido en los últimos 25 años, que hay que quitar mucha costra para volver a tener una mente social, de grupo.
Palabro: ometsre
Película: La noche del cometsre
Soldado: No nos engañemos. Para la mayoría de nosotros en aquellos días "manifestación" era sinónimo de "fiesta escolar" y "vámonos a la cantina a jugar a ping pong"...
Publicar un comentario