25 sept 2007

Cine y Amnesia / 1

Este artículo forma parte del monográfico: CINE Y MEMORIA


Gracias al Séptimo Arte hemos recuperado nuestra memoria histórica: desde la más reciente hasta la antediluviana. Los cineastas han reconstruido el pasado con mayor o menor rigor y han creado imágenes, diálogos y secuencias que perdurarán siempre en nuestra retentiva. Y cuando nos han aburrido o dado gato por liebre han provocado que nos acordemos de su familia, la del tipo que nos recomendó la peli o la de los exhibidores que cobran tan cara la entrada, lo que confirma que Cine y Memoria van muy ligados.


Introducción

Coinciden en cartelera dos películas que abordan el tema de la memoria y los recuerdos: “¿Y tú quién eres?”, reflexión fílmica de Antonio Mercero sobre el Alzheimer, y “El ultimátum de Bourne”, que completa la trilogía sobre el espía que redescubre su pasado criminal.

Con frecuencia, el cine y la televisión recurren a la memoria y la falta de ella para articular todo tipo de historias. Series recientes como “Kyle XY” o “John Doe” certifican que la amnesia es un recurso fabuloso para abordar cualquier género. Personajes que se despiertan si saber quiénes son, o con lapsos y lagunas de memoria, constituyen un buen arranque para una comedia desmadrada (“Colega, ¿dónde está mi coche?”), un thriller paranoico (“Memento”), un drama romántico (“¿Qué pasó anoche?”)…


Lo que funciona como catalizador de una historia también da juego como giro argumental (“Un mar de líos”, “The Majestic”), garantiza el clímax del film y finales redondos, o resuelve conflictos en la trama: que se lo digan a los “Men in Black” y su inhibidor de memoria, con el que determinan a voluntad quién debe olvidar qué.

Lo contrario, la recuperación de la memoria, ya sea fortuita, paulatina o in extremis, constituye de igual modo un poderoso recurso de administración narrativa: “Mentes en blanco”, “Dark City”, “Cypher”…

Como es natural, el cine ha distorsionado la psicopatología a su conveniencia y muchas de sus incursiones son fabulaciones tan poco rigurosas clínicamente como efectivas dramáticamente. En su documentado trabajo sobre “Locura y Cine”, Beatriz Vera Poseck cita alguno de estos errores y confusiones que el cine ha ayudado a difundir: como que la pérdida de memoria por un golpe en la cabeza se recupera por un nuevo golpe (herencia del slapstick), o que lleva a disipar la propia identidad, o a la pérdida exclusiva de memoria retrógrada (el pasado)…


Pese a generar algunos títulos fascinantes y emblemáticos (“Desafío total”, “Olvídate de mí”) el control y borrador selectivo de los recuerdos no tiene fundamento científico pero siempre cuela como premisa cinematográfica. Ocurre algo parecido con la pérdida de memoria a corto plazo, que da pie a simpáticas aunque poco fundamentadas propuestas (“50 primeras citas”) o a personajes “inolvidables” precisamente porque lo olvidan todo (Dory en “Buscando a Nemo”)

En los próximos días echaremos un vistazo a algunos ejemplos:

PRÓXIMA ENTREGA: AMNESIA ORGÁNICA


NOTA: A pesar de que el diario “20 minutos” se me adelantó con un artículo sobre el particular en el día de ayer, no me resisto a publicar mi propio trabajo en varias entregas (para no cansar al personal) y atribuirme el correspondiente mérito si es que ha lugar.



CINE Y MEMORIA


Monográfico: “CINE Y MEMORIA”cine y alzheimer
cine y amnesia
amnesia orgánica
amnesia disociativa
condiciones amnésicas inexistentes
memoriones y desmemoriados

(!)

2 perplejos apuntes:

Alberto Ramos dijo...

En Atrapado en el tiempo (Groundhog day) todo el mundo padece una amnesia a lo Memento, menos el protagonista.

Un saludo y gracias por el enlace.

(!) hombre perplejo dijo...

Ummm... Complejo; pero a Bill Murray lo encontrarás en el post "Weather Men (an Women)".