No, no voy a hablar de ningún político, sino de mi hijo.
Le han diagnosticado una ambliopía severa, que en cristiano viene a significar ojo gandul. El derecho no quiere hacer su trabajo y es el otro el que se ha desarrollado de una manera prodigiosa. Esto permite que el chaval pueda ver de forma aparentemente nítida, pero incompleta, lo que afecta a su visión binocular y la percepción de la profundidad.
No es casual que nuestro sentido de la vista se articule en base a dos ojos, y que necesitemos el concurso de ambos para tener una visión correcta. Tampoco somos cíclopes en otros muchos órdenes de la vida, aunque con frecuencia padecemos cierta suerte de ambliopías.
La más común es la que se refiere a la mente y el corazón, la razón y la emoción, el sentido y la sensibilidad. Parece como si tuvieran que mantener una lucha entre ellas para prevalecer, cuando lo deseable sería que actuaran conjuntamente. Tanto los que son dados a la sensiblería como los extremadamente racionales, los que no se dejan influenciar por las emociones o los que se amparan en ellas, padecen fijación excéntrica. Confían todo a su órgano desarrollado y condenan al otro a una holgazanería que acabara siendo irreversible.
Como con el ojo gandul, el método de corrección consiste en la oclusión temporal del pensamiento vago o de la emoción perezosa para forzarlos a desarrollarse. De lo contrario el desequilibrio que subyace bajo esta apariencia de notoriedad acabará en mayores perjuicios. Ocurre lo mismo con la generosidad y la prudencia, con la ciencia y la fe, o con el talento y el esfuerzo. Eludir la oclusión del síntoma preponderante para corregir la haraganería del otro costó la carrera a Ronaldinho. Aptitud y actitud, genialidad y disciplina, en desarrollo paralelo.
Esto, que parece sencillo, en ningún caso lo es; porque cuando ponemos un parche en nuestro “ojo bueno” la visión se debilita, la inseguridad nos paraliza y nos damos unos cuantos porrazos. Pero no hay otra forma de corregir las ambliopías de la vida que sobreponerse a la pereza. Sólo así la visión del mundo y de la vida será binocular y la lectura de cuanto nos rodea adquirirá mayor profundidad.
Le han diagnosticado una ambliopía severa, que en cristiano viene a significar ojo gandul. El derecho no quiere hacer su trabajo y es el otro el que se ha desarrollado de una manera prodigiosa. Esto permite que el chaval pueda ver de forma aparentemente nítida, pero incompleta, lo que afecta a su visión binocular y la percepción de la profundidad.
No es casual que nuestro sentido de la vista se articule en base a dos ojos, y que necesitemos el concurso de ambos para tener una visión correcta. Tampoco somos cíclopes en otros muchos órdenes de la vida, aunque con frecuencia padecemos cierta suerte de ambliopías.
La más común es la que se refiere a la mente y el corazón, la razón y la emoción, el sentido y la sensibilidad. Parece como si tuvieran que mantener una lucha entre ellas para prevalecer, cuando lo deseable sería que actuaran conjuntamente. Tanto los que son dados a la sensiblería como los extremadamente racionales, los que no se dejan influenciar por las emociones o los que se amparan en ellas, padecen fijación excéntrica. Confían todo a su órgano desarrollado y condenan al otro a una holgazanería que acabara siendo irreversible.
Como con el ojo gandul, el método de corrección consiste en la oclusión temporal del pensamiento vago o de la emoción perezosa para forzarlos a desarrollarse. De lo contrario el desequilibrio que subyace bajo esta apariencia de notoriedad acabará en mayores perjuicios. Ocurre lo mismo con la generosidad y la prudencia, con la ciencia y la fe, o con el talento y el esfuerzo. Eludir la oclusión del síntoma preponderante para corregir la haraganería del otro costó la carrera a Ronaldinho. Aptitud y actitud, genialidad y disciplina, en desarrollo paralelo.
Esto, que parece sencillo, en ningún caso lo es; porque cuando ponemos un parche en nuestro “ojo bueno” la visión se debilita, la inseguridad nos paraliza y nos damos unos cuantos porrazos. Pero no hay otra forma de corregir las ambliopías de la vida que sobreponerse a la pereza. Sólo así la visión del mundo y de la vida será binocular y la lectura de cuanto nos rodea adquirirá mayor profundidad.
Dialigados
—¿Y se quedó ciego?
—Sí, se quedó ciego. Y unos meses después se quedó muerto; y eso es peor que la ceguera, porque las opciones disminuyen.
"Un final made in Hollywood"
14 perplejos apuntes:
A mí me gustaría saber en qué esquina está el kiosco dónde venden los parches de corazas insensibles que llevan algunos.
Más que nada para ver si ponemos a trabajar al menos común de los sentidos.
A mí el oculista tb me dijo que tenía un ojo ligeramente vago y me recomendó unos ejercicios visuales que nunca hice... Ahora me he vuelto a emparanoiar, a ver si me va a ir a peor.. ;S
dirty saludos¡¡¡¡
Yo creo que lo tengo o lo tuve, porque nunca vi el efecto tridimensional en el cine 3D, síntoma parece ser claro de padecer el problema. Ánimos para ti y tu chaval porque eso no es nada y muchos niños lo pasan sin quedar el más mínimo rastro despues.
Saludos!
Lo primero suerte con tu hijo, aunque no es nada, y pasara. Y lo segundo, cuanta razón tienes, en tu reflexión, y que pena que haya tantos ejemplos en este holgazan mundo.
Yo también tengo un ojo gandul... de nacimiento. Y tu reflexión: muy oportuna. Dale un abrazo envolvente a tu niño!
drs
Ratona: Esa frase la utiliza mucho el abuelo !) Y no os falta razón.
Dirty: No es para asustarte, pero no vendría mal una visita para revisión. Es un asunto delicado, sobre todo para quienes pasamos horas delante del ordenador !)
Quatermass: Yo tampoco puedo disfrutar del 3D. El caso de mi hijo es severo y con pocas garantías de recuperar visión. Aun así, gracias por los ánimos !)
Serreina: Mundo Holgazán sería un excelente título para un blog !)
drs: Envuelto queda por tu abrazo virtual !)
Un beso muy fuerte para tu peque y para ti, espero de todo corazón que el problema del ojo se corrija.
Varios compañeros del colegio y amigos de la infancia tuvieron ojo vago y se les corrigió.
Animo y suerte,
Cris
Euralia: Qué alegría !) Ya habrás parido, ¿no?
Cristicona: Gracias por la empatía !)
Ja, ja, ja, y eso que no me has visto el barrigón... qué deprimente, todo mundo me echa más tiempo del que tengo (hasta los que no me ven).
Me quedan 8 semanas...
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