No creo en la igualdad entre hombres y mujeres; pero no saquen conclusiones precipitadas porque no es lo que parece. Se trata de una cuestión semántica. El término “igualdad” aplicado a este caso me parece inapropiado. Los hombres y las mujeres no somos iguales; afortunadamente, que diría aquél. La forma de mirar, analizar, procesar o dar respuesta difiere. Son cosmovisiones distintas y, en consecuencia, complementarlas resulta estimulante y enriquecedor.
Equipararlos, ponerlos al mismo nivel reconociendo sus derechos, sin discriminaciones, ya es otra cosa.
La distorsión de tan loable reivindicación es lo que se ha dado en llamar la paridad, que a mí siempre me ha parecido un vocablo sobre valorado. Viene a engrosar esa lista de conceptos de moda, del Manual del Ciudadano Políticamente Correcto, al que uno debe afiliarse casi por decreto y contra el que no conviene discrepar a riesgo de convertirse en blanco de recriminaciones.
Forzar el paralelismo puede que sea éticamente estimable, pero en términos de eficacia, en su praxis, genera no pocos contrasentidos. Igualdad de oportunidades no debe confundirse con porcentaje presencial. Quienes accedan a un cargo, un puesto en la Administración o un empleo deben serlo en virtud de su cualificación profesional: capacidad, preparación, talento, méritos, experiencia... A menudo entran en juego otras variables, como la fidelidad, los contactos o la oportunidad. En cualquier caso l@s candidat@s elegid@s deberían serlo por su idoneidad, con independencia -como marca la Constitución- de su sexo, religión o raza.
Aplicar un factor de corrección a la preponderancia de un sexo sobre otro tiene sentido; pero es más complejo de lo que parece. Por ejemplo: en el ámbito de la educación existe un desequilibrio evidente entre el número de maestras y maestros. Podría decirse que la formación de nuestros hijos, en lo que toca a la escuela, está en manos de mujeres. ¿Determinará esto de alguna manera sus vidas? ¿Debería aplicarse la “discriminación positiva” en los colegios para garantizar el concurso de la cosmovisión masculina en la instrucción para la vida?
Equipararlos, ponerlos al mismo nivel reconociendo sus derechos, sin discriminaciones, ya es otra cosa.
La distorsión de tan loable reivindicación es lo que se ha dado en llamar la paridad, que a mí siempre me ha parecido un vocablo sobre valorado. Viene a engrosar esa lista de conceptos de moda, del Manual del Ciudadano Políticamente Correcto, al que uno debe afiliarse casi por decreto y contra el que no conviene discrepar a riesgo de convertirse en blanco de recriminaciones.
Forzar el paralelismo puede que sea éticamente estimable, pero en términos de eficacia, en su praxis, genera no pocos contrasentidos. Igualdad de oportunidades no debe confundirse con porcentaje presencial. Quienes accedan a un cargo, un puesto en la Administración o un empleo deben serlo en virtud de su cualificación profesional: capacidad, preparación, talento, méritos, experiencia... A menudo entran en juego otras variables, como la fidelidad, los contactos o la oportunidad. En cualquier caso l@s candidat@s elegid@s deberían serlo por su idoneidad, con independencia -como marca la Constitución- de su sexo, religión o raza.
Aplicar un factor de corrección a la preponderancia de un sexo sobre otro tiene sentido; pero es más complejo de lo que parece. Por ejemplo: en el ámbito de la educación existe un desequilibrio evidente entre el número de maestras y maestros. Podría decirse que la formación de nuestros hijos, en lo que toca a la escuela, está en manos de mujeres. ¿Determinará esto de alguna manera sus vidas? ¿Debería aplicarse la “discriminación positiva” en los colegios para garantizar el concurso de la cosmovisión masculina en la instrucción para la vida?
Dialigados
—A veces me pregunto cómo habéis conseguido inventaros a vos misma.
—No he tenido otra opción. Soy mujer; y las mujeres estamos obligadas a ser más hábiles que los hombres, que podéis destrozar nuestra reputación y nuestra vida con sólo unas cuantas palabras. Por eso he tenido que inventarme no sólo a mí misma, sino formas de escapar que nadie había imaginado. Y si lo he conseguido es porque siempre he sabido que había nacido para dominar a vuestro sexo y vengar el mío.
"Las amistades peligrosas"
—Creemos que hombres y mujeres deben tener las mismas oportunidades.
—¿Y no es problema que mujer tenga cerebro más pequeño?
"Borat"
15 perplejos apuntes:
Existen estudios muy serios, donde se demuestra los grandes beneficios de separar los niños de las niñas en sus primeros años académicos.
Entonces yo lanzo otra interrogante: si esto es así, ¿Qué tal volver a esa enseñanza de antaño? Pero esta vez que las clases sólo de niños las impartieran maestras, y las de niñas que lo hicieran maestros ¿¿¿???
Puede que te guste este artículo de El País, además muy al hilo de la temática del blog.
Me quedo particularmente con estos párrafos (las negritas son mías):
Uría recuerda que millones de mujeres quedan siempre al margen de esas políticas de discriminación positiva y que es a ellas a las que habría que ayudar. Por ejemplo, a las que tienen hijos y que piden una excedencia para cuidar de ellos o se recluyen en casa mientras su pareja se sigue promocionando profesionalmente. "Cuando ella vuelve al mercado laboral lo hace en situación de desventaja. Ahora parece que lo más feminista es pedir que aumenten los permisos de maternidad, cuando lo que hay que hacer es socializar el cuidado de los hijos y obligar a los hombres a que se impliquen en su crianza", afirma Uría. "Las feministas de entonces no pedíamos más permisos a cuenta del Estado, sino mejores servicios en todos los ámbitos, empezando por las guarderías".
¿Por qué en las ayudas al cine no se priman también los diversos oficios desempeñados por mujeres que intervienen en el rodaje de una película? Es una pregunta sin respuesta. "Se lanzan estereotipos para justificar la discriminación positiva y lo que se transmite en muchas ocasiones es una igualdad de salón que sólo beneficia a las clases medias. Las mujeres que se beneficien de las ayudas del cine ya tienen formación y no pasan penurias. Con todos los respetos, creo que no lo necesitan"
La paridad me parece una parida.
Tema muy complicado de tratar, te alabo el que seas tan valiente al escribir sobre él.
El otro día, me entere que aún hay empresas que despiden a las mujeres en cuanto se casan, por temor a que tengan hijos, y no puedan dar una dedicación completa al trabajo.
Hombre perplejo paso a saludarte por tu tercer puesto en la categoría de "Cine y Televisión" en los premios 20blogs. Me alegro por ese reconocimiento a tu trabajo. Te deseo muchos éxitos en lo sucesivo
Un abrazo
Suscribo lo dicho, soy mujer y no me interesa ser igual que un hombre...
Pero lo cierto es que hay situación donde nos consideran en desventaja sólo por el hecho de ser mujer,a mi una vez me dijeron que puesto que no estaba casada no iba a tener niños con lo cual, tenía un punto a favor lo cual demuestra que a parte de ser un gilipollas el tío encima era facha.
desde entonces sigo sin casarme ,tengo una hija y gracias a dios trabajo...
besos
Ratona: Una posible respuesta a tu pregunta es que, por alguna razón que se me escapa, se da por sentado que TODO lo del pasado fue peor y ha sido superado por la modernidad. Una creencia, a mi juicio, insostenible !)
Farándula: Celebro que haya un estudio sobre el particular. Cuando surgió la iniciativa de las subvenciones a directoras de cine, opiné en semejantes términos en "ADN", y al ir a revisar los comentarios unos días después comprobé que habían eliminado los míos. Teniendo en cuenta que me cuido mucho de utilizar según qué lenguaje y que no acostumbro a lanzar mis ideas huérfanas de sus correspondiente argumentos, la conclusión que saco es un interesado veto pasándose por el forro la libertad de expresión y de pensamiento !)
A mí el debate me gusta, lo encuentro atractivo. La censura de las voces disidentes, en cambio, me asquea.
Gracias por el enlace... y las negritas.
Al: Parice que en eso estamos a la par !)
KI: Gracias por el detalle. Es un puesto que, sinceramente, no me hace demasiada ilusión. Además, han expulsado a alguien al que le gustó mi blog y como han anulado todos sus votos, me han quitado uno.
Serreina: Vuelvo a este tema cíclicamente porque como ningún otro alimenta mi perplejidad !)
Cruela: Tipos como el que describes son los responsables de que este asunto se haya soliviantado. Enhorabuena por tener una hija y un trabajo. Creo que son dos de los más grandes privilegios en la vida !)
Yo soy de los que creo que las paridades son un absurdo que puede acabar con su premisa de partida: Si hay mas mujeres que hombres merecedores de un cargo, se quedaran fuera mejores candidatas....
Ya puestos propongo paridades de raza blanca-negra, de estatura altos-bajos y de tendencia sexual homo-hetero.
PD: Brutal la cita de Borat ;-)
Rick: Tienes la libertad de enlazarme, si te apetece. Echaré un vistazo a tu blog !)
Dr. Quatermass: Si entiendes el catalán (o tienes a mano un traductor automático de esos) te recomiendo el artículo de Empar Moliné. No tiene desperdicio y es muy, muy divertido !)
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