ALERTA:
ESTE ARTÍCULO ES TODO ÉL UN SPOLIER
Por su presencia física en pantalla no deja de ser un secundario menor, casi un extra con frase; pero, desde el punto de vista argumental, es la clave sobre la que pivota toda la película. Aunque sólo aparece en una escena (que vemos hábilmente dosificada), Colleen es el eje vertebrador de “Señales”. Su ausencia pesa como una losa sobre la familia protagonista. Su pérdida condiciona los vínculos entre ellos, provoca una angustiosa crisis de fe en su marido Graham (Mel Gibson) y deja secuelas en el responsable del accidente que la mató. Pero al mismo tiempo es gracias a ella que encuentran una guía para sobrevivir a la aniquilación.
Este film, considerado por muchos como un título menor del cineasta que asombró al mundo con "El sexto sentido", trata de algo más que de una invasión alienígena. De hecho, esto no es más que un telón de fondo, un macguffin que el autor utiliza para explicarnos la destrucción y reconstrucción de una familia (una constante, por cierto, en toda su filmografía).
Y lo que me parece brillante es que Shyamalan hace coincidir en el clímax los dos momentos: cuando la familia se descompone y cuando vuelve a unirse y saberse completa y feliz. Realmente ambos estados están separados en el tiempo por varios meses, pero dramáticamente Graham pierde la fe y la recupera a consecuencia del mismo evento: la última conversación que mantiene con su esposa antes que ella muera a consecuencia de un brutal accidente de tráfico.
En este último diálogo en flashback, cargado de tristeza y amor, Colleen trasmite a Graham un mensaje que él no logra entender completamente hasta que, meses más tarde, lo reinterpreta a la luz de los trágicos acontecimientos que se producen. Entonces, el hecho que sacudió a la familia Hess y sumió a Graham en una crisis profunda deviene (por segunda vez) en catalizador; pero ahora las palabras de Colleen aportan esperanza, salvan a la familia y devuelven la fe a su marido.
Esta doble función dramática de un mismo acontecimiento es una muestra (otra) del talento de M. Night Shyamalan como guionista, convierten a Colleen Hess es un personaje extraordinario y, al hilo de nuestra serie, modélico ejemplo de madre ausente que incide en el argumento del film de forma determinante.
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ESTE ARTÍCULO ES TODO ÉL UN SPOLIER
Colleen Hess
Me encanta este personaje escrito e integrado en el film de forma magistral por Shyamalan.Por su presencia física en pantalla no deja de ser un secundario menor, casi un extra con frase; pero, desde el punto de vista argumental, es la clave sobre la que pivota toda la película. Aunque sólo aparece en una escena (que vemos hábilmente dosificada), Colleen es el eje vertebrador de “Señales”. Su ausencia pesa como una losa sobre la familia protagonista. Su pérdida condiciona los vínculos entre ellos, provoca una angustiosa crisis de fe en su marido Graham (Mel Gibson) y deja secuelas en el responsable del accidente que la mató. Pero al mismo tiempo es gracias a ella que encuentran una guía para sobrevivir a la aniquilación.
Este film, considerado por muchos como un título menor del cineasta que asombró al mundo con "El sexto sentido", trata de algo más que de una invasión alienígena. De hecho, esto no es más que un telón de fondo, un macguffin que el autor utiliza para explicarnos la destrucción y reconstrucción de una familia (una constante, por cierto, en toda su filmografía).
Y lo que me parece brillante es que Shyamalan hace coincidir en el clímax los dos momentos: cuando la familia se descompone y cuando vuelve a unirse y saberse completa y feliz. Realmente ambos estados están separados en el tiempo por varios meses, pero dramáticamente Graham pierde la fe y la recupera a consecuencia del mismo evento: la última conversación que mantiene con su esposa antes que ella muera a consecuencia de un brutal accidente de tráfico.
En este último diálogo en flashback, cargado de tristeza y amor, Colleen trasmite a Graham un mensaje que él no logra entender completamente hasta que, meses más tarde, lo reinterpreta a la luz de los trágicos acontecimientos que se producen. Entonces, el hecho que sacudió a la familia Hess y sumió a Graham en una crisis profunda deviene (por segunda vez) en catalizador; pero ahora las palabras de Colleen aportan esperanza, salvan a la familia y devuelven la fe a su marido.
Esta doble función dramática de un mismo acontecimiento es una muestra (otra) del talento de M. Night Shyamalan como guionista, convierten a Colleen Hess es un personaje extraordinario y, al hilo de nuestra serie, modélico ejemplo de madre ausente que incide en el argumento del film de forma determinante.
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PRÓXIMA ENTREGA: En busca de la madre perdida
2 perplejos apuntes:
Me encantó como se atan todos los cabos en el final de este film, cada cosa tenía un porqué. La niña pequeña dejaba vasos de agua por toda la casa (algo letal para el alienigena), el niño tenía asma (así no pudo inhalar el veneno), el bate de beisbol estaba colgado justo en su sitio...
es una de las pelis que más me gustan de Sayamalan
Patty: Pues si es así, y dado que has sido la única a la que parece haberle interesado este post, te lo dedico. Ea !)
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