Cuando Rachel (Sean Young) visita el apartamento de Deckard (Harrison Ford) y observa las fotografías del blade runner sobre el piano, su mano se desliza suavemente sobre las teclas y empiezan a tocar una triste melodía. La música atrae al policía hasta la mujer replicante y evoca recuerdos de una vida... ¿injertada? Muchos cineastas han utilizado esta capacidad de evocación y de simbiosis del piano con el ser humano para hablarnos de la vida y de la muerte. He aquí algunos de esos momentos de conexión vital:
QUITARSE LA VIDA (El Piano)
Ada (Holly Hunter) es una isla, cercada por el océano de los sonidos. No puede hablar, lo que no significa que no pueda expresarse. Su piano son sus labios, las notas sus palabras, las melodías sus sentimientos. El piano es su vida, hasta el punto de que desea morir con él. De modo que cuando lanzan el pesado mamotreto al fondo del mar, Ada enrosca la soga en su tobillo y se deja arrastrar a las profundidades para permanecer ligada a su vida más allá de la muerte.
SALVAR LA VIDA (Poseidón)
Cuando una ola gigantesca voltea al trasatlántico, y el mundo se vuelve del revés, el pequeño Conor (Jimmy Bennett) consigue refugiarse en la panza del piano de cola, que resiste fijado al suelo (ahora el techo) hasta que logran sacarlo de allí. Otros no ha tenido tanta suerte y han muerto violentamente al precipitarse contra las claraboyas o aplastados por los muebles que no estaban sujetos. En su predecesora "La aventura del Poseidón", un desdichado moría prensado precisamente por el piano de cola que rodaba sin control. El remake introdujo el factor de corrección... y poca cosa más a destacar.
Cuando una ola gigantesca voltea al trasatlántico, y el mundo se vuelve del revés, el pequeño Conor (Jimmy Bennett) consigue refugiarse en la panza del piano de cola, que resiste fijado al suelo (ahora el techo) hasta que logran sacarlo de allí. Otros no ha tenido tanta suerte y han muerto violentamente al precipitarse contra las claraboyas o aplastados por los muebles que no estaban sujetos. En su predecesora "La aventura del Poseidón", un desdichado moría prensado precisamente por el piano de cola que rodaba sin control. El remake introdujo el factor de corrección... y poca cosa más a destacar.
JUGARSE LA VIDA (El pianista)
Milagrosamente Szpilman (Adrien Brody) sobrevive a todos sus amigos y familiares en una peripecia cruel y deshumanizadora. Está solo, enfermo, abatido. Frente a él un piano que se muere por tocar para recuperar la felicidad del pasado. Titubea y se lanza a interpretar apasionadamente una pieza. El patio de butacas se llena de espanto. Tocando así va a delatarse y correrá la misma suerte que los demás a manos de los nazis inmisericordes. La cámara enfoca sus manos, que se mueven frenéticamente a escasos milímetros de las teclas. El pianista vuelve a tocar, pero el piano no suena más que en su cabeza. Unos años más tarde, Wladyslaw es sorprendido en una casa abandonada por un oficial alemán que le pide que toque. El pianista interpreta su propio Requiem, pues es obvio que será lo último que haga en esta vida: cuando acabe de tocar el oficial le disparará. La música adquiere una dimensión trágica. Szpilman sabe que es el final y se entrega en cuerpo y alma a una intensa fusión de sentimientos con el instrumento. Pese a que la muerte aguarda, se convierte en una liberación, una concatenación sonora de miedo, odio, hambre y dolor. Sin embargo, la melodía conmueve al oficial y la tensión se prolonga, como la supervivencia del pianista, hasta límites insoportables.
Milagrosamente Szpilman (Adrien Brody) sobrevive a todos sus amigos y familiares en una peripecia cruel y deshumanizadora. Está solo, enfermo, abatido. Frente a él un piano que se muere por tocar para recuperar la felicidad del pasado. Titubea y se lanza a interpretar apasionadamente una pieza. El patio de butacas se llena de espanto. Tocando así va a delatarse y correrá la misma suerte que los demás a manos de los nazis inmisericordes. La cámara enfoca sus manos, que se mueven frenéticamente a escasos milímetros de las teclas. El pianista vuelve a tocar, pero el piano no suena más que en su cabeza. Unos años más tarde, Wladyslaw es sorprendido en una casa abandonada por un oficial alemán que le pide que toque. El pianista interpreta su propio Requiem, pues es obvio que será lo último que haga en esta vida: cuando acabe de tocar el oficial le disparará. La música adquiere una dimensión trágica. Szpilman sabe que es el final y se entrega en cuerpo y alma a una intensa fusión de sentimientos con el instrumento. Pese a que la muerte aguarda, se convierte en una liberación, una concatenación sonora de miedo, odio, hambre y dolor. Sin embargo, la melodía conmueve al oficial y la tensión se prolonga, como la supervivencia del pianista, hasta límites insoportables.
HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE... SI ES QUE PUEDE (La leyenda del pianista del oceano)
Como Spilzman, Danni Boodmann toca de memoria, golpeando el aire con sus dedos unos centímetros por encima de las teclas. Oye la música, aunque no suene. Y como Ada también elige morir junto a su instrumento. Entre ellos existe un cordón umbilical invisible que ni la muerte puede escindir.
Como Spilzman, Danni Boodmann toca de memoria, golpeando el aire con sus dedos unos centímetros por encima de las teclas. Oye la música, aunque no suene. Y como Ada también elige morir junto a su instrumento. Entre ellos existe un cordón umbilical invisible que ni la muerte puede escindir.
APROVECHAR LA VIDA (Atrapado en el tiempo)
Tras el gamberrismo inicial, repetir una y otra vez el mismo día se convierte para Phil Connors (Bill Murray) en una maldición... Hasta que descubre, entre otras cosas, las ventajas del capricho temporal. Empieza a tomar clases de piano y hace realidad uno de sus sueños... lo que le convierte en otra persona, aquella de la que sí se enamorará la chica que se le ha resistido mientras seguía siendo un auténtico capullo. Entre la primera escena (con gag final) y la segunda (con jam session) se enmarca una auténtica renovación vital.
Tras el gamberrismo inicial, repetir una y otra vez el mismo día se convierte para Phil Connors (Bill Murray) en una maldición... Hasta que descubre, entre otras cosas, las ventajas del capricho temporal. Empieza a tomar clases de piano y hace realidad uno de sus sueños... lo que le convierte en otra persona, aquella de la que sí se enamorará la chica que se le ha resistido mientras seguía siendo un auténtico capullo. Entre la primera escena (con gag final) y la segunda (con jam session) se enmarca una auténtica renovación vital.
RECUPERAR LA VIDA (The Majestic)
Cuando todo el pueblo obliga a Peter Appleton (Jim Carrey) a subir al escenario y ponerse frente al piano, éste no recuerda si sabe tocarlo o no. Sospecha que no es quien los demás creen que es, pero un accidente le ha producido amnesia orgánica y ha sembrado de dudas su identidad. Teme decepcionarlos y al principio ocurre, pues apenas sabe aporrear unas teclas que se le resisten. Sin embargo, las notas llegan a su cabeza y los dedos empiezan a moverse solos. Appleton ha recuperado un don que desconocía y el pueblo de Lawson vuelve a sonreír y a bailar.
Cuando todo el pueblo obliga a Peter Appleton (Jim Carrey) a subir al escenario y ponerse frente al piano, éste no recuerda si sabe tocarlo o no. Sospecha que no es quien los demás creen que es, pero un accidente le ha producido amnesia orgánica y ha sembrado de dudas su identidad. Teme decepcionarlos y al principio ocurre, pues apenas sabe aporrear unas teclas que se le resisten. Sin embargo, las notas llegan a su cabeza y los dedos empiezan a moverse solos. Appleton ha recuperado un don que desconocía y el pueblo de Lawson vuelve a sonreír y a bailar.
CAMBIAR DE VIDA (Danny the Dog)
Danny (Jet Li) es un esclavo, un perro, un asesino. Su dueño le tiene atado con un collar que sólo le quita cuando le ordena un ataque letal contra sus enemigos. Pero un día Danny conoce a un afinador de pianos ciego que le abre los oídos a la música, los ojos a la verdad y el corazón al amor. Junto al anciano y su ahijada, Victoria, Danny descubre que su fascinación por los pianos procede de un suceso trágico en su infancia que marcó su vida y le convirtió en lo que no es. Ahora tiene la oportunidad de redimirse.
Danny (Jet Li) es un esclavo, un perro, un asesino. Su dueño le tiene atado con un collar que sólo le quita cuando le ordena un ataque letal contra sus enemigos. Pero un día Danny conoce a un afinador de pianos ciego que le abre los oídos a la música, los ojos a la verdad y el corazón al amor. Junto al anciano y su ahijada, Victoria, Danny descubre que su fascinación por los pianos procede de un suceso trágico en su infancia que marcó su vida y le convirtió en lo que no es. Ahora tiene la oportunidad de redimirse.
Otros pianos (y órganos) marcaron la vida de ilustres personajes de la historia del cine, como los diversos fantasmas (de la ópera, del paraíso...), o el Capitán Nemo ("20.000 leguas de viaje submarino"), recluidos en sus cámaras secretas para traducir la amargura de sus corazones en fúnebres melodías. Todo lo contrario de August Rush, el niño prodigio que interpreta música emotiva y cargada de energía positiva para que sus padres (a los que no conoce) la oigan allí donde estén y vengan a buscarlo.
© (!) hombre perplejo, 2008
4 perplejos apuntes:
Muy buenas.
Te escribo en contestación al mensaje que me has dejado en el blog.
Claro que éste no es el típico post de vídeos enlazados del youtube.
A mi no me molestan los vídeos, cuando sean ilustrativos, como en este caso.
Cuando hice el comentario en el foro me refería a esos blogs, generalmente de humor, que no hacen mas que colgar vídeos de caidas, benny hill, mr bean, etc, etc.
Estos post, por el contrario están muy currados y el vídeo es sólo un recurso mas.
¿Conque del Realejo?... El barrio mas granadino de Granada.
Un saludo y suerte.
Gracias por acudir a la llamada, viejo. Me has quitado un peso de encima. Calle Molinos, Huerta de los Ángeles, Colegio Nacional Mixto División Azul (¡tela!) y Campo del Príncipe (mi sector 4)
Si me permites la intromisión y el atrevimiento, añado un "momento piano" a tu lista. Cuando el protagonista de "Shine" (el joven) se examina en Londres y toca el concierto nº 3 de Rachmaninov, la emoción se va apoderando de él poco a poco, se funde con el piano y va transmitiéndole toda su alma... tanto que al final pierde el conocimiento y la cordura. Durante el concierto, se utiliza el recurso de El Pianista pero "en negativo": no suena la música, pero sí se ven los dedos presionar las teclas y se escucha el, de otro modo, imperceptible traqueteo de las teclas.
imanpas: Muy agradecido. Voy a incluir tu aportación en la próxima actualización; pero envíame un link a tu blog para atribuirte el crédito.
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