Se nos ha desmarcado Cristiano Ronaldo con una de esas frases destinada a formar parte de los libros de historia: «Me tienen envidia porque soy guapo, rico y un gran futbolista». Por supuesto es un titular (de los buenos) y a buen seguro que en su contexto no debe sonar tan abrumadoramente vanidoso; aunque el personaje ya nos tiene acostumbrados a este tipo de declaraciones y no desentona con la percepción que de sí mismo tiene este notorio futbolista portugués.
De cualquier forma, define con precisión el arquetipo del hombre de éxito de nuestro tiempo: belleza, riqueza y destreza. Son virtudes que no pueden generar otra cosa que envidia, pues son los envidiosos los que aspiran a poseerlas (o acaso que éstas les posean a ellos).
Contrasta este perfil con el de otro futbolero de pro, abonado también al éxito, pero por el camino inverso: Pep Guardiola. Para empezar, las virtudes del entrenador del Barça no las proclama él mismo (más bien al contrario). Son los demás quienes las reconocen y detallan en todo tipo de foros, incluidos los institucionales, como el Parlament de Catalunya. Al de Santpedor ―que, por cierto, es guapo, rico y un excelente futbolista― se le glosan valores como el esfuerzo, la capacidad de trabajo, la humildad, la buena educación, etc... Todas estas cualidades humanas no provocan envidia (salvo en "ese que ustedes saben"), sino admiración, que es otra cosa muy distinta. Por eso el lenguaje ―que, como la madre naturaleza, también es sabio― acuña cosas como "digno" de admiración y "muerto" de envidia.
Hace años tuvo bastante éxito una peliculita británica, simpática y defensora de los derechos de la mujer en el contexto del deporte rey. Se titulaba Quiero ser como Beckham y planteaba una mirada crítica sobre los prejuicios raciales y el fundamentalismo religioso. Si se produjese hoy seguro que no se titularían Quiero ser como Cristiano Ronaldo. Al delantero del Real Madrid le encaja más algo como El único (con Jet Li). Y no tanto por ser "mejor que nadie", sino por la expectativa de "quedarse más solo que la una". Aunque, eso sí, rodeado de envidiosos.
De cualquier forma, define con precisión el arquetipo del hombre de éxito de nuestro tiempo: belleza, riqueza y destreza. Son virtudes que no pueden generar otra cosa que envidia, pues son los envidiosos los que aspiran a poseerlas (o acaso que éstas les posean a ellos).
Contrasta este perfil con el de otro futbolero de pro, abonado también al éxito, pero por el camino inverso: Pep Guardiola. Para empezar, las virtudes del entrenador del Barça no las proclama él mismo (más bien al contrario). Son los demás quienes las reconocen y detallan en todo tipo de foros, incluidos los institucionales, como el Parlament de Catalunya. Al de Santpedor ―que, por cierto, es guapo, rico y un excelente futbolista― se le glosan valores como el esfuerzo, la capacidad de trabajo, la humildad, la buena educación, etc... Todas estas cualidades humanas no provocan envidia (salvo en "ese que ustedes saben"), sino admiración, que es otra cosa muy distinta. Por eso el lenguaje ―que, como la madre naturaleza, también es sabio― acuña cosas como "digno" de admiración y "muerto" de envidia.
Hace años tuvo bastante éxito una peliculita británica, simpática y defensora de los derechos de la mujer en el contexto del deporte rey. Se titulaba Quiero ser como Beckham y planteaba una mirada crítica sobre los prejuicios raciales y el fundamentalismo religioso. Si se produjese hoy seguro que no se titularían Quiero ser como Cristiano Ronaldo. Al delantero del Real Madrid le encaja más algo como El único (con Jet Li). Y no tanto por ser "mejor que nadie", sino por la expectativa de "quedarse más solo que la una". Aunque, eso sí, rodeado de envidiosos.
6 perplejos apuntes:
Me has hecho reflexionar con este acierto de diferenciar la envidia y la admiración.
Estos niñatos con dinero no tienen ni idea.
Un señor es Guardiola...y sin pasión.
Joer que razón llevas en cuanto a la humildad de CR7, que no tiene ninguna. Envidia puede ser, pero más por lo que tiene, que por como es, desde luego.
Saludos
que alucinantes las declaraciones de Ronaldo. ojala que un día mejore por su bien y no sea tan soberbio. La vida es subidas y bajadas, muchos no lo entienden, que pena.
Anna: La envidia posee al hombre desde Caín y Abel, y es la causa de (casi) todos los males !)
Serreina: Ahí esta la diferencia. No se tiene envidia de alguien por lo que es (admiración), sino por lo que tiene.
David: No sé yo si está mucho por la labor... !)
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