9 bancos al sol

COLABORACIÓN ESPECIAL DE EL RATÓN TINTERO

“Los lunes al sol” está basada en personajes y hechos reales, acontecidos en los astilleros de Gijón hace unos años, por una inevitable y siempre traumática reconversión industrial.

El “tempo” de la película es pausado, parado como todos ellos, pero te mantiene expectante a que ocurra algo que los saque del pozo donde nadan. No es de esperar que opten por una salida a lo “Full Monty”, pero algo tienen que hacer en su situación de “siameses”, como ellos mismos se llegan a llamar.

Aprovechando que tengo la película en casa, he vuelto a verla, y esta vez con más lecturas, concretamente de “bancos”; porque muy bien podría llamarse con el subtítulo: “La película de los bancos”.

Al mencionado del transbordador que cruzaba la ría, hay que añadir algunos más:

El banco improvisado en un edificio en obras cercano al campo de fútbol, donde ven los partidos gratis, aunque no los goles; que esos los cantan de oídas, ya que una gran visera les impide verlos.

Imprescindible un esquelético banco en el parque, donde lamentarse de todo; y esta vez con razón.

Los de las tensas esperas para las entrevistas de un nuevo trabajo que nunca llega. Con la mirada en el otro banco, con unos jóvenes que aspiran a todas las oportunidades, muy risueños ellos.

Los de las oficinas del paro, llenos de caras desencajadas, menos la de Bardem que todo se lo toma igual.

El banco del tanatorio, delante de la vitrina como el más dantesco de los escaparates.

Por último aquí está Bardem ("Santa"), en el banquillo de los acusados, en pleno juicio por romper una farola.

Sin duda algo tienen los bancos, punto de encuentro de las relaciones humanas. Tal vez nosotros igual nos relacionamos por aquí, si consideramos el ordenador e Internet como un gran “banco de datos”.