Esta semana se ha celebrado el Día Mundial del Pan. Buen momento para repasar cómo el Cine lo ha representado como alimento y metáfora.
Más allá de "Peter Pan", "La Masa (Hulk)" y Panmela Anderson, el legado cinematográfico contiene numerosas alusiones al tema que nos ocupa. Quién no recuerda la simpática trilogía italiana “Pan, Amor y…”, con Vittorio De Sica en estado de gracia a las órdenes de Luigi Conmencini y Dino Risi. El pan propiamente dicho no era demasiado importante, pero las partenaires del comandante Carotenuto tenían su miga: nada menos que los bellezones italianos de la época: Gina Lollobrigida y Sofía Loren.
En muchas películas el pan tiene connotaciones religiosas. Ocurre con "El pan nuestro de cada día" de King Vidor, "Pan de Ángel" de Francesc Bellmunt o "Marcelino pan y vino" de Ladislao Vajda, y también en un capítulo de "Hospital Kingdom", donde se reedita el milagro de los panes y los peces con bocadillos. Pero sobre todo el pan está vinculado a la Última Cena de Jesús con sus discípulos, secuencia que no falta en ninguna de las muchas aproximaciones cinematográficas al relato de los Evangelios. "La Pasión" de Mel Gibson recogía la bendición del pan ácimo en lengua hebrea.
Los bocatas de gran tamaño fueron un buen recurso cómico en la época del cine mudo. Resultaban eficaces como objetos contundentes y eran ideales para colar una lima en la cárcel que ayudaría a los presidiarios a cortar los barrotes de sus celdas. También provocaban carcajadas los atracones y las peleas rebozadas, llamadas así porque quienes participaban en ellas acababan completamente enharinados, como en "Fun in a bakery shop" de Edwin S. Porter.
En el argot técnico se llama PAN al movimiento rotatorio de la cámara en cualquier dirección; pero no es la única concomitancia: algunos conflictos dramáticos surgen cuando se sorprende al implicado con las manos en la masa. En la época dorada de Hollywood, que los guionistas a sueldo permanecieran enclaustrados en oficinas-celda era el pan de cada día. Cuando se trabaja con divas caprichosas el equipo debe acostumbrarse a largas esperas hasta que ellas decidan que están listas para la siguiente toma; tales esperas se hacen más largas que un día sin pan. Algunos cineastas han sido vetados por la industria por decir las cosas demasiado claras y llamar al pan pan y al vino vino. De muchas rutilantes estrellas de la pantalla se dice que están para mojar pan… Y así muchos otros ejemplos.
Pero ateniéndonos a lo meramente comestible: las migajas con las que señalizó el camino no ayudaron a Pulgarcito a regresar a casa. Meg Ryan evitaba comer pan en "Cuando Harry encontró a Sally". Gwyneth Paltrow, en cambio, hundía su asiento tras zamparse una bandeja de bollos en "Amor ciego". Y Fernando Fernán Gómez daba buena cuenta de una crujiente hogaza en "El Pícaro", mientras el Lazarillo de Tormes luchaba lo suyo por agenciarse un mísero mendrugo. Por no hablar de las surrealistas disquisiciones de Samuel L. Jackson y John Travolta sobre la "Big Kahuna" y la "Royal con queso" en "Pulp Fiction".
Chuscos, panecillos, barras y baguettes han representado riqueza o miseria, hambre o hartazgo a conveniencia de la trama. Pero el formato de bollo preferido por los cineastas es la tostada. ¿Ha de presentarse un personaje despistado? Tostadas quemadas. ¿Se trata de alguien meticuloso? Café recién hecho, zumo de naranja y, por supuesto, tostadas bien doraditas. Ya saben, como en “Pandoradita y el holandés errante”, con Ava Gadner y James Mason.
Aquí entra uno de los electrodomésticos recurrentes de la cinematografía mundial: la tostadora. No sólo sirve para preparar crujientes rebanadas; también ha demostrado su eficacia como instrumento de tortura y de autoelectrocución. Bill Murray, por ejemplo, recurre a ella cuando decide poner fin a su repetitiva existencia en "Atrapado en el tiempo".
Otro clásico de la pantalla es el carrito de perritos calientes, al que acuden a menudo los personajes para tomarse un tentempié. Hasta hay un capítulo entero de la serie “Me llamo Earl” dedicado exclusivamente a este icono de la cultura gastronómica norteamericana. (Aunque, sinceramente, para sándwiches de primera los de Conesa en la Plaça Sant Jaume de Barcelona)
Por desgracia, no siempre el chiringuito rodante juega un rol positivo. En "Sleppers", el robo de uno de ellos tiene un fatal desenlace cuando provoca un atropello al caer por las escaleras del Metro. Esta travesura con tintes dramáticos lleva a los niños protagonistas a un reformatorio, donde sufrirán todo tipo de vejaciones que condicionarán el resto de sus vidas.
En cuanto a los panaderos, su oficio está infravalorado en el cine. Está mejor visto ser pastelero o confitero. Alguien que se dedica sólo a cocer pan (o galletas a lo sumo) no parece demasiado interesante. Salvo que Woody Allen y su pandilla de "Granujas de medio pelo" decidan utilizar una panadería como tapadera para el robo del siglo y acaben convirtiéndose en galleteros multimillonarios. Patty Lupone y Ginette Lecrec fueron esposas de tahoneros en "The Baker's Wife". Romy Schneider coció bollos en "La panadera y el emperador".
Una de las últimas incorporaciones al gremio es la pacifista Ana Pascal (Maggie Gyllenhaal) en "Más extraño que la ficción". Ana regenta una preciosa panadería (donde también hornea dulces y galletas) y es objeto de una auditoría por parte de Will Ferrer al negarse a pagar ella un 20% de sus impuestos. Al principio el horno no está para bollos, pero después de hacerse la rosca mutuamente (sugerencia contable por aquí, galletitas caseras por allá) la hermosa panadera acaba siendo para el apático inspector de Hacienda como pan bendito.
Hasta aquí mi modesta reseña sobre cinematografía panificada en la que he intentado separar la paja del trigo para que nadie se llame a engaño. Dejo para otra ocasión el análisis de la influencia de la repostería en la Historia del Cine porque me parece harina de otro costal. No obstante, si alguien quisiera adentrarse por su cuenta en el tema, con su pan se lo coma...
Aparte de las ya citadas, existen (o no) otras películas relacionadas con el tema que pueden revisarse en:
- "Tercera empanada"
CONTENIDO PATROCINEADO POR EL “GREMIO DE PANADEROS DE BEAUMONT SUR MER”
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