7 mar 2008

Sr. Candidato:

Sé que anda ocupado estos días: de mitin en mitin, atendiendo a la prensa, haciéndose fotos para los dominicales… Pero espero que lea estas líneas antes del próximo domingo. Quiero que sepa que voy a ir a votar y que voy a votarle a Usted. Ya sé que en el colegio no habrá una papeleta sólo con su nombre, lo que me parece un atraso democrático que espero ayude a enmendar en la próxima legislatura. Tampoco puedo tachar otros nombres de la lista que Ud. encabeza –aunque me encantaría hacerlo- porque darían mi voto como nulo y no quiero que esto ocurra. En cualquier caso sepa que, aunque será contabilizado a favor de un partido político, mi voto es sólo para Usted.

A cambio le ruego que lo valore en lo que vale. Cuando se haga el recuento, mi papeleta pasará a convertirse en una cifra absorbida por otra mayor. Pero para mí este voto es el único que tengo. No puedo administrarlo, fragmentarlo, repartirlo; sólo gestionarlo de manera que vaya a parar donde deposito mi esperanza para los próximos cuatro años. Y esa esperanza es Usted.

Sea cual sea el resultado Ud. ganará, como todos los demás. Al principio, el ejercicio político de adjudicarse siempre la victoria, me molestaba. Ahora creo entenderlo: No se trata de ganar o perder, sino de regocijarse en el respaldo obtenido, sin importar su volumen, pues indica que se es representativo de alguien que comparte y apoya unos principios, unas ideas, un programa. Su programa no es para tirar cohetes –ninguno lo es-; pero tiene cosas que me gustan. Entienda que es por éstas –y por su compromiso a llevarlas adelante- que le entrego mi confianza. No porque Usted me resulte más o menos simpático, o hable con elocuencia. Ya le he dicho antes que me cae bien, pero no le voto por eso. Le entrego el único sufragio de que dispongo para que cumpla su palabra. No crea que me conformo. Estaré pendiente, le seguiré la pista, me aseguraré de que hace lo que ha dicho que hará. Si está en su sitio le seguiré apoyando. Si no, me sentiré decepcionado. No se preocupe por mí; lo he estado otras veces. Pero sepa que ésta sólo depende de Usted.

Una última cosa: transmítale a la clase política con la que se codea que no alardee de talante democrático. Muchos de los que votaremos el domingo llevamos haciéndolo desde que aprobamos nuestra Constitución. Así que no presupongan que somos estúpidos. Sabemos de esto tanto como ellos.

(!) hombreperplejo

2 perplejos apuntes:

Babel dijo...

Seguramente por ahí van los problemas, se individualiza demasiado en un sólo candidato, se hacen promesas sueltas y mucha demagogia, y la mayoría de la gente desconoce los programas electorales. Se encauza al "publico" a que vote a un candidato, tipo lo que hacen en USA.
Te veo optimista al respecto.. mi modo de verlo es bastante más deprimente.
Un saludo!!

(!) hombre perplejo dijo...

Como bien dices, me resisto a abandonar un moderado optimismo. Y sí: creo más en las personas que en las instituciones o estructuras de todo tipo, incluidos los partidos políticos. Esto no significa que me fíe de ellos, pero... ¿qué alternativa tenemos?
Salud!